Mercado Comunero. Ferias
Mercado: Sitio público destinado, permanentemente o en días señalados, para vender, comprar o permutar bienes o servicios.
Feria: Mercado de mayor importancia que el común en paraje público y días señalados. El término feria, deriva de su raíz etimológica del latín y hace referencia a día festivo o jornada de descanso.
El impulso de la creación de los mercados y ferias fue de las instituciones locales, pero también de los señores, deseosos de aumentar sus rentas y de los propios monarcas, destacando entre ellos la política de Isabel la Católica, dando lugar, durante el periodo de los Reyes Católicos a la consolidación del sistema de ferias y mercados.
Inicialmente las ferias medievales eran puntos de encuentro e intercambio para mercaderes de la zona, a la que se solían conceder privilegios en forma de exenciones fiscales. Con el paso de los siglos, algunas de ellas se convirtieron en una suerte de mercados nacionales o, como el caso de la de Medina del Campo, internacionales.
El auge del comercio y las ferias castellanas.
Muchas de las ferias eran simples mercados locales y semanales, pero a juzgar por lo que acontecía en Tierra de Campos, estos momentos de contratación no se repartían aleatoriamente en el tiempo, las mas de las veces las fechas de unas se encadenaban con las de las localidades próximas dando lugar a ciclos feriales.
Junto a estas ferias locales en el siglo XV se conformaron una red de ferias regionales, como las de Benavente, Valladolid, León, Salamanca, Bejar, Plasencia, etc, que servían de punto de unión entre las pequeñas ferias.
Plazas feriales en Castilla
Desde principios del siglo XV destacaban las dos Ferias Generales de Valladolid, ambas de 15 días de duración y desde 1452 de 30 días, en cuaresma y septiembre, habiendo logrado de los monarcas la exención de múltiples impuestos.
Frente a las ferias de Valladolid, comienzan a destacarse las de Medina del Campo, Medina de Rioseco y Villalón, formando el triangulo de las Grandes Ferias castellanas del siglo XV.
Las ferias de Medina del Campo fueron creadas por impulso de su señor Fernando de Antequera a principios del siglo XV, contando con el apoyo sucesivo de monarcas culminando en 1491, cuando los reyes católicos, las consideran Ferias Generales del Reino.
La feria de Medina de Rioseco fue creada en 1423 por Fadrique Enriquez contando con dos fechas de celebración, una feria de 20 días a partir del lunes de Quasimodo, la feria de Pascuilla y otra de 30 días en agosto.
La feria de Villalón fue creada en 1474 por Alfonso Pimentel contando con una gran feria en Cuaresma, vital para el comercio de pescado en toda la España interior, y otra menos importante en San Juan.
Las ferias de Medina del Campo
El auge de las Ferias de Medina del Campo se debe, fundamentalmente, a dos factores:
- La importancia geográfica de la población, ya que Medina se sitúa en el eje que relacionaba los reinos de Castilla con Cantabria, que suponía la salida marítima hacia Europa.
- Un contexto social y económico dominado por la economía señorial basada en la explotación de la tierra como fuente de procedencia de las rentas señoriales donde las ferias constituyen una válvula de escape al acotamiento económico impuesto por el régimen señorial.
Las ferias de Medina se celebraban durante dos periodos del año, en mayo (treinta días después de pascua) y en octubre (1 de octubre), siendo su duración de 50 días cada una.
De 1421 datan las primeras ordenanzas de aposentamiento de feriantes gracias a las cuales sabemos donde se instalaban cada uno de los feriantes con sus mercancías en las diferentes calles del centro comercial.
Los productos intercambiados en estas ferias eran múltiples y variados, sin embargo la principal negociación ferial giró a finales del siglo XV y durante todo el siglo XVI, con los siguientes géneros: la lana, las especias, los libros y sobre todo los tejidos, el dinero y los valores financieros.
Medina del Campo fue uno de los principales centros de comercio del libro en la España del siglo XVI junto a Salamanca.
Medina del Campo: la “bolsa” española del siglo XV
Medina del Campo tuvo en la Edad Media la feria comercial y financiera mas importante del continente hasta que las bancarrotas de Felipe II acabaron con ella.
El mercado financiero fue prácticamente inexistente durante la mayor parte de la Edad Media, al menos en España. El comercio era bastante marginal basado en el trueque y posteriormente en el intercambio de productos por moneda. La transformación comienza por la necesidad de facilitar las transacciones con la creación de las denominadas “letras de cambio” en la Italia tardomedieval y que luego se extiende por Europa.
La letra de cambio permitía que el dinero se moviera con mayor facilidad agilizando los intercambios y actuando como sistema de crédito consistente en que una persona daba a otra una cantidad de dinero y recibe un documento firmado (la letra de cambio) que luego podrá intercambiar en otra ciudad por esa cantidad.
Medina del Campo se convierte en feria de pagos hacia 1485 cuando se centralizan allí los pagamentos, créditos, préstamos y otras operaciones dinerarias de toda la península. La propia corona española utilizaría Medina para conseguir préstamos millonarios.
Las ciudades cuyos mercaderes acudían a Medina con continuidad, enviaron allí a sus representantes. Estos eran conocidos como “cambios”, “bancos” o “asentistas”, gozaban de carácter público y recibían, en concepto de depósito, el dinero con que negociaban aquellos.
Solían situarse al aire libre en la Rua Nova, actual Calle Padilla, colocando un banco con su respaldo hacia la pared, delante una tabla ancha y larga, que les servía de mesa y una cadena dispuesta a determinada altura les separaba del público que circulaba por la calle.
Los “cambios” o “bancos” debían ser personas solventes que, al llegar a Medina, presentaban sus finanzas al Ayuntamiento y, una vez examinadas, iniciaban los pagos. Los comerciantes iban depositando, a su vez, sus fondos en uno de estos bancos y comunicaban luego a sus banqueros las operaciones realizadas, siendo anotadas en un libro anual, de esta manera los comerciantes evitaban llevar el dinero consigo.
Este sistema de contratación se aplicó mas tarde a otras ferias internacionales y sirvió además de modelo a las organizaciones de la Banca Universal a finales del siglo XVI.
La decadencia de las ferias de Medina del Campo
A partir del siglo XVI las ferias de Medina empiezan a decaer por diversos motivos: se aplazaron varias ferias, Madrid (establecida como capital de los Austrias) empieza a atraer el mercado financiero el resto del año, la subida de impuestos acaban con el estatus de privilegio de la feria de Medina….
Las bancarrotas de Felipe II aceleran enormemente la decadencia de las ferias, ya que provocaban que los banqueros que acudían a Medina acabaran arruinados. Dos decretos reales (1575 y 1597) suspendieron los pagos y anunciaron la revisión de los préstamos que adeudaba la Corona.
En 1602 la feria se trasladaba a Burgos por orden real, y aunque regresarían a Medina del Campo unos años después, desdoblándose las convocatorias a cuatro eventos de 24 días de duración, de poco sirvió, la feria estaba herida de muerte.
Medina del Campo continuaría teniendo su feria hasta principios del s. XVIII, cuando desapareció definitivamente, aunque desde el 1600 pasó a un segundo plano tras mercados de finanzas como el de Madrid o Alcalá de Henares.